lunes, 2 de febrero de 2009

La insoportable levedad del ser


Para muchas personas, las vacaciones son un tiempo de dispersión y de transformaciones transitorias. Durante el receso, se busca romper la rutina y los hábitos que los relacionan con la cotidianeidad del período laboral y/o estudiantil. Quien esto suscribe adhiere a esa corriente y, en pleno verano porteño, en la soledad del hogar durante un soleado domingo, despunta uno de sus máximos placeres culposos: los sitios y las revistas femeninas.
Debo confesar que mis conocimientos empíricos sobre la libido femenina son escasos, bordeando lo nulo. Ante el anonimato que me brinda Internet, reconoceré que descubrí el punto G…en una Cosmopolitan. Sí, allí me enteré que tiene una textura corrugada (“como una nuez”, si mis recuerdos no me fallan) y que su tamaño durante el orgasmo es como el de una moneda de diez centavos (eso lo leí hace algunos años, por lo que deduzco que se refería a las que tienen el contorno irregular y no a las nuevas y brillantes que pasan de largo en el las maquinas del colectivo). ¿Qué serían de las épocas estivales sin una de esas maravillosas revistas que, a pesar de contar con escasas líneas de texto perdidas en la inmensidad de páginas y páginas con fotos, publicidades y demás nimiedades, ejercen un mágico poder de atracción ante mí?
Para quienes tenemos escaso roce con el sexo opuesto, la preparación teórica para que el providencial momento en el cual podamos acceder (gratuitamente) a los placeres terrenales del acto sexual, es tan basta que a veces resulta eterna. Siempre estamos abiertos a algún “consejito” o “intimidad” que podamos encontrar en las revistas dedicadas a “ellas”. Así llegué hasta el portal español nosotras.com (http://www.nosotras.com/).
Aparte de los sumamente (in)útiles consejos de Moda, Belleza, Cocina y demases, existe una solapa dedicada a los problemas de pareja y a distintas dicotomías existencialistas a las cuales ellas se ven sometidas en la constante “hipocresía de la seducción” de la que hablamos anteriormente. A modo de título, la nota comienza, con la intrigante frase, obviamente en letras rosas, “¿Sexo en la primera cita?”
“Conoces a un chico, te gusta, le gustas a él, quedáis y la cosa va bien, funciona, ¿hay que acabar en la cama o esperar a la segunda para conoceros más a fondo?” ¿Están sintiendo el suspenso correr por sus venas? Se mueren por seguir leyendo, ¿no? Bueno, luego aclara que el sexo en la primera cita es “una disyuntiva” (Sí, usaron esa palabra. Por las dudas, chicas, les copio la definición que el diccionario da sobre esa palabra “rara”: expresa una elección entre dos posibilidades que denotan diferencia, alternancia o separación) y que la decisión depende del “sentido del encuentro”. “Si los dos buscan un rollo y nada más, tener sexo el primer día es lo más habitual, ya que es una relación sin compromiso únicamente concebida para disfrutar y punto”. Amén.
Sin embargo, no todo lo que reluce es oro y los seres humanos, aunque nos ufanemos de ser raciocentristas, también tenemos sentimientos. “En ocasiones estos rollos y disfrutar de sexo con un desconocido, a las mujeres nos dejan marcadas, y suspiramos por ese chico con el que nos acostamos y que sólo tenía que ser un chico más en una noche de diversión, durante más tiempo del debido. Es el único problema que tiene el sexo en la primera cita, quedarse colgada”. Ah mira vos, yo pensé que los únicos problemas de encamarse con un desconocido en la primera cita podrían ser el sida, la sífilis, la gonorrea, la ladilla, el herpes genital, la sarna, la tricomoniasis, la vaginitis y las decenas de enfermedades que se transmiten a través de los órganos reproductores. Pero si para mujeres.com no representan una mas mínima mención, ¡entonces estaba equivocado!
Pero siempre pueden empeorar las cosas y ese ignoto “sex toy” puede llegar a ser un amigo con el cual compartis(te) gran parte de tu vida y sentimientos. Ahí estás al horno. “La cosa cambia si nos enfrentamos a la primera cita con sentimientos previos. En ese caso tener sexo con esa persona el primer día sólo nos llevará al enamoramiento total y si la otra persona no se lo estaba tomando igual, sino como un rollo, el coste emocional puede ser muy alto.” Y sí, te rompe el corazón.
Pero esperá; si la identificación con este caso te esta haciendo llorar, aquí va la solución: “Por eso cuando hay sentimientos de por medio es preferible esperar un poco porque si él también lo siente sabrá esperar y si no lo siente nosotras nos libraremos de un desengaño”. ¿Entendiste? Le histeriqueas un tiempo y si te sigue arrastrando el ala, decididamente te tiene ganas.
“El sexo en la primera cita está concebido cuando conoces a una persona una noche hay feeling y no quieres más compromisos, pero cuando quieres a esa persona es mejor esperar porque las cosas las disfrutas más cuando todo va más despacio. Eso no significa que con los rollos no se disfrute pero son cosas diferentes. Así que, sexo en la primera cita sí pero si no hay sentimientos de por medio, si los hay, no.” Buenísimo: quizá en algún momento, llegue el momento en que pueda tocar a mí.

2 comentarios:

  1. Mr Anónimo "Publicado por Ezequiel Boetti"

    entonces, hay que saber que si por alguna extraña alineación de los planetas, tenemos sexo en la primer cita(todo bajo el pre-supuesto de que tenemos muchas primeras citas), significa que ella no te quiere, y que es solo un "rollo"

    esa sería la lectura inversa, no?

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  2. entonces tener sexo en la primera cita seria una especie de "paja mutua" (cito a un profesor del secundario)

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