martes, 10 de febrero de 2009

Las 500 de Daytona, esa inoxidable pasiòn


Esta carrera, cuya 51º edición se correrá el domingo, tiene una historia repleta de curiosidades y anecdotas que vale la pena conocer


Pese a su escasa difusión en nuestro país, el domingo por la tarde se correrá el máximo evento del automovilismo estadounidense, el “Super Bowl” de las pistas: las 500 Millas de Daytona. Durante casi 4 horas, millones de fanáticos vivirán al máximo la adrenalina y la pasión de una carrera cuya historia es tan rica como las anécdotas que ella encierra.
La primer carrera en la zona costera de Florida fue el 15 de febrero de 1948. Sobre un tramo de 3 kilómetros de la playa para una recta y parte de una avenida contigua para la otra, Red Byron inscribió su nombre no sólo como el primer ganador de una carrera en esta pista, sino también como el vencedor de la competencia inicial de la era Nascar. Recién en 1950 se construiría un óvalo de asfalto de 2,2 kilómetros – más ancho y con mayor peralte, lo que permitía una mayor velocidad - en la ciudad de Darlington, Carolina del Norte, circuito que todavía mantiene su fecha en el calendario.
La primera carrera a 500 millas en Daytona fue el estreno del superóvalo asfaltado (4 kilómetros de extensión, y 30 grados de inclinación en sus curvas), el 22 de febrero de 1959. En aquella ocasión, ante la atenta mirada de 41.000 espectadores, 59 competidores tomaron la bandera verde en busca del premio de 67.760 dólares.
El final fue antológico (foto): Lee Petty (42) y Jhonny Beauchamp (73) pelearon palmo a palmo durantes las últimas vueltas. Justo antes de la meta, el auto rezagado de Joe Weatherly favoreció a Petty, quien se quedo con el triunfo por 35 centímetros. Sin embargo, en tiempos donde no se disponía de la tecnología suficiente para determinar el ganador, al autoproclamado ganador Beauchamp subió al podio y recibió la copa. Pero la ultima palabra no estaba dicha y 61 horas mas tarde, las autoridades declararon al auto 42 como el legítimo vencedor de la carrera.
Pero la alegría de Petty debió ser minúscula al lado de la que debe haber sentido Derrike Cope en 1990, quien aprovechando una pinchadura de neumático del puntero, capturó la punta en la vuelta final y obtuvo su primer victoria en Nascar. Meses después, obtendría su segundo y último triunfo en la serie.
Curiosa también es la forma en esta carrera ha tratado a los máximos referentes históricos del mundo Nascar. Mientras las 7 victorias de Richard Petty (hijo de Lee) parecen inalcanzables, Dale Earnhardt es la antítesis. Completó en 14 oportunidades las 500 millas, convirtiéndose en el piloto que más veces finalizó con la totalidad de las vueltas, pero debió esperar 20 carreras hasta conseguir su primer (y único) lauro, en 1998. Tres años después, una falla en un cinturón de seguridad provocó que un leve choque frontal acabara con su vida.
La conformación de la grilla es otra particularidad de esta carrera, ya que sólo los 2 primeros obtienen su ubicación con la velocidad en las pruebas de clasificación. Los 41 puestos restantes se determinan en base a los resultados de las dos series que se disputarán, a 60 vueltas, el jueves por la tarde. Pero hay más: los 35 mejores pilotos de la temporada 2008 tienen asegurada su participación en las 500 millas, independientemente del resultado en las mangas. Por lo tanto, si un competidor de esta lista queda fuera de los 43, el peor piloto habilitado para largar que no pertenezca al selecto grupo, quedará afuera.
En esta 51º edición, la primera fila muestra como dos generaciones conviven dentro de una misma categoría: en primer lugar partirá Martín Truex Junior, quien realizó aquí su segunda pole position en su corta trayectoria en el máximo circuito. A su lado, en su 48º presentación en este superóvalo, entre los cuales suma 20 largadas entre los primeros 10, lo hará el veteranísimo Mark Martín.
Las cartas están sobre la mesa, quedan escasas horas para la bandera verde. Una nueva página en la Historia está a punto de escribirse.

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