jueves, 5 de marzo de 2009

Todo lo que brilla no es oro

Debutó, ganó y pintaba para campeón e ídolo, pero Giancarlo Baghetti nunca más subió al podio.

A ningún piloto del automovilismo mundial le gustaría ostentar el triste record que posee Giancarlo Baghetti: es el único piloto en la historia de la Fórmula 1 que debutó con una victoria. ¿Por qué no vanagloriarse en semejante éxito? Simple, por que luego de ese triunfo no volvió a ganar ni a subir a otro podio en la máxima categoría.
Nacido en Milan a finales de 1934, sus buenos resultados en la Formula Junior de aquel país le abrieron la posibilidad de acceder a un auto que la Federación Italiana de Automovilismo alistó para una carrera sin puntos en Siracusa, en 1961. (Durante esa década, era común que se realizaran varias carreras sin puntos ya que el calendario oficial apenas superaba la decena de competencias). La sorpresa de su quinto puesto en la grilla fue nimia al lado del estupor que despertó su victoria tras un duelo rueda a rueda con el Porsche de Dan Gurney. Con el mundo motor todavía conmocionado, el italiano volvería a vencer en el Gran Premio de Nápoles, otro evento sin puntaje, semanas después de su debut.
Con dos victorias sobre igual cantidad de carreras, fue contratado por Ferrari para conducir el cuarto auto en el Gran Premio de Francia, en el veloz circuito de Reims (donde, 3 años antes, Juan Manuel Fangio había corrido su ùltima carrera). Las largas rectas provocaron gran cantidad de abandonos, incluyendo los tres compañeros de Baghetti. Faltando pocas vueltas, el italiano secundaba al Porsche de Gurney, pero sobre la línea de meta logró sobrepasarlo para obtener el triunfo por sólo una décima de segundo.
Luego, comenzó la decadencia con dos abandonos consecutivos en las dos últimas carreras que disputó en 1961 (Inglaterra y Alemania), y se acentuó a comienzos del año siguiente. El 4to puesto en Holanda, el 5to en Italia ni el 2do puesto en el Gran Premio del Mediterráneo fueron suficientes para asegurar su permanencia en la marca italiana.
Buscó abrirse camino en escuderías menores, pero sin continuidad ni éxito.
Tras algunos años compitiendo en categorías menores, como broche para su carrera, decidió correr en 1970 la épica carrera Londres-Sidney, pero la mala racha seguía de su lado: debió abandonar cuando llegó a la India ya que había perdido sus documentos.Retirado del automovilismo, se dedicó a la fotografía deportiva hasta su muerte, en 1995.

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